lunes, 2 de enero de 2012

Secretos en voz alta

¿Quieres que te cuente una cosa? Será sólo un minuto. Sesenta segundos en los que te dejaré echar un vistazo a cómo soy. Una sexagésima parte de una hora en la que atisbarás lo que hay en mi interior.
¿Quieres escucharlo? Ahí va. 
No soy tan fuerte como aparento ser. Si me miras de cerca, con lupa, verás todas las grietas que me recorren. Que me atraviesan. Que me hacen imperfecta. Porque soy débil y hay cosas que me dejan huella, no importa lo mucho que finja lo contrario. Me marcan a fuego y provocan que el sonido de cómo me hago añicos sea la canción que suena de fondo, acallando todo lo demás. 
¿Quieres que te cuente otra cosa?
No sé cuánto más podré aguantar. Ni siquiera sé cuanto tiempo seguiré autoengañándome y diciéndome a mí misma que puedo hacerlo.
Pero, ¿quieres que te cuente lo mejor de todo?
Todo eso no quita el hecho de que la vida sea una lucha continua, ni de que a mí nunca me ha gustado perder. Así que sacaré fuerzas de flaqueza y seguiré aguantando por pura cabezonería, o me obligaré a mí misma a aprender a buscar la energía necesaria para reconstruirme mientras caigo, evitando tocar el suelo.

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