Hay
veces que las palabras se quedan cortas, que no sirven para explicar todo lo
que quieres decir. Y este es uno de esos casos. ¿Cómo explicas lo mucho que vas
a echar de menos a alguien? ¿Cómo explicas que en menos de 6 días 28 personas
se hayan convertido en imprescindibles para ti? ¿Cómo lo haces?
Porque
sin duda es así. Os voy a echar de menos. Si no habéis estado en esa
situación, creeréis que estoy exagerando. Que no se puede llegar a conocer a
tanta gente en tan poco tiempo. Que no pueden ser tan importantes para ti. Que
no los puedes querer.
Pero no
es verdad. Claro que se puede, porque fue en aquella pequeña habitación 715
donde me di cuenta de que había encontrado a las personas más grandes. Y luego,
tuvimos que decir adiós.
Parecía
que no había pasado casi tiempo desde que pusimos un pie en aquella residencia y
se activó la cuenta atrás, ¿sabéis? Y eso hizo la despedida aún más difícil.
Porque decimos “Adiós” pero nos negamos a creerlo, porque no puede acabarse
todo aquí, tiene que haber una segunda parte de esta historia. Tenemos que
volver a encontrarnos los 28 otra vez, da igual que sea difícil. Da igual que
estemos todos desperdigados por España. Todo eso da igual.
Así que
nos despedimos como mejor podemos, pero un abrazo, dos besos y un “Os echaré de
menos” se quedan cortos. Lo mismo ocurre con “No os olvidaré nunca”, “Ha sido
una semana increíble” y “Sois los mejores”. Son las típicas frases que se dicen
y ya nadie les da la importancia que tienen, pero aun así las diré. Porque no
me di cuenta de lo mucho que os iba a echar de menos hasta que estuvimos lejos.
Porque aquella despedida fue demasiado corta. Y porque es la verdad. No os olvidaré
nunca, sois los mejores y ha sido una semana increíble.
Y no es
un adiós. Es un “hasta que nos volvamos a ver”. Pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario