lunes, 15 de julio de 2013

Bilbao 2013.



Hay veces que las palabras se quedan cortas, que no sirven para explicar todo lo que quieres decir. Y este es uno de esos casos. ¿Cómo explicas lo mucho que vas a echar de menos a alguien? ¿Cómo explicas que en menos de 6 días 28 personas se hayan convertido en imprescindibles para ti? ¿Cómo lo haces?
Porque sin duda es así. Os voy a echar de menos. Si no habéis estado en esa situación, creeréis que estoy exagerando. Que no se puede llegar a conocer a tanta gente en tan poco tiempo. Que no pueden ser tan importantes para ti. Que no los puedes querer.
Pero no es verdad. Claro que se puede, porque fue en aquella pequeña habitación 715 donde me di cuenta de que había encontrado a las personas más grandes. Y luego, tuvimos que decir adiós.
Parecía que no había pasado casi tiempo desde que pusimos un pie en aquella residencia y se activó la cuenta atrás, ¿sabéis? Y eso hizo la despedida aún más difícil. Porque decimos “Adiós” pero nos negamos a creerlo, porque no puede acabarse todo aquí, tiene que haber una segunda parte de esta historia. Tenemos que volver a encontrarnos los 28 otra vez, da igual que sea difícil. Da igual que estemos todos desperdigados por España. Todo eso da igual.
Así que nos despedimos como mejor podemos, pero un abrazo, dos besos y un “Os echaré de menos” se quedan cortos. Lo mismo ocurre con “No os olvidaré nunca”, “Ha sido una semana increíble” y “Sois los mejores”. Son las típicas frases que se dicen y ya nadie les da la importancia que tienen, pero aun así las diré. Porque no me di cuenta de lo mucho que os iba a echar de menos hasta que estuvimos lejos. Porque aquella despedida fue demasiado corta. Y porque es la verdad. No os olvidaré nunca, sois los mejores y ha sido una semana increíble.
Y no es un adiós. Es un “hasta que nos volvamos a ver”. Pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario